lunes, 8 de septiembre de 2008

fumar sin culpa


Recientemente entró en vigor la ley antitabaco que supone meterá en cintura a los fumadores y protegerá así a los fumadores pasivos. Los viciosos de mal aliento y yemas amarillentas obtendrán al fin su merecido. Los reformulados y hoy nombrados adictos a la nicotina sólo podrán fumar en sus casas o en la calle. Las medidas que se impondrán más pronto de lo que se cree, se fundamentan en el principio de la salud pública, término ambiguo y solapado que permite justificar el ascenso de valores morales más que de salud.

Antes que nada habría que recordar que para la mayoría de los fumadores fumar es un placer. Y sabemos que el matrimonio bien público-placer es un infierno. Pero, ¿cómo entienden esto las autoridades?... De manera infantil, como el hecho de tratar a los ciudadanos como menores de edad. La nueva Ley Antitabaco es totalitaria, desconoce los matices y las razones del placer. Una cosa es prohibir el fumar en hospitales, escuelas y aviones y otra, penalizar a quienes vayan a fumar en bares y antros. La primera medida es justa y razonable, la segunda es hipócrita, ñoña e irrespetuosa.

Hay un problema de salud, pero mental. Recuérdese al gobernador de Alabama, quien suprimió el último cigarrillo al condenado a muerte “por motivos de salud”. La paradoja es extrema, pero en su esqueleto sobrevive la moralina de estas sanciones.

Otra ilustre paradoja: Hollywood, que enseñó a fumar (cigarrillos) a todo un siglo, hoy es el primer escenario correctivo de los adictos al cigarro. No olvidemos que en el siglo XIX los hombres fumaban puro, y algunos afeminados y ciertas mujeres, cigarrillos. En el siglo XX el cine cambió por completo estos roles. Hombres y mujeres, machines, maricas, lesbianas, quimeras, todos fume que fume; no había parlamento importante que no estuviera tatuado por el humo. El pobre Humphrey Bogart, en una incesante imagen que legitimó al machín fumando cigarros, acabó en la tumba víctima de un cáncer. Pero no nada más él: Uma Thurman, Audrey Hepburn, Burt Lancaster, Montgomery Clift, Vivien Leigh, Bette Davis, Mae West, Gary Cooper, Marlene Dietrich, Cary Grant… ¡Rita Hayworth! En esta lista están los nombres que le dieron rostro a una parte de la cultura del siglo XX, todos fuman y su imagen es indisociable del tabaco, el humo, las boquillas y, sobre todo, cómo se toma y se mueve el cigarrillo. Pobres Estados Unidos: tan lejos de dios y tan cerca de sí mismos. Esta política antitabaco total que se quiere implementar en México es una tendencia global nacida en el neomojigatismo norteamericano, continuada por los aburridos canadienses, magnificada por los veletas europeos y seguida por quien se deje en el tercer mundo.

Esta no es una apología del tabaco, ni una invitación a la anarquía. Es bueno y hasta una obligación informar que el tabaco es dañino, que causa cáncer e inclusive impotencia. Sin embargo, penalizar a los fumadores y a quienes los acogen, perseguirlos en bares, antros y congales es un verdadero atentado a la civilidad y a la convivencia modernas. Es pasar de la asistencia social a la ramplona ignorancia con los decretos en la mano.

1 comentario:

Ale Merello dijo...

Para los que hablan sin conocer siquiera lo que sale de sus fauces

ARTICULO 27:
En lugares con acceso al público o en áreas interiores de trabajo, públicas o privadsa, incluidas las universidades e instituciones de educación superior, deberán existir zonas exclusivamente para fumar, las cuales deberan de conformidad con las disposiciones reglamentarias:
I. ubicarse en espacios al aire libre
II.en espacios interiores aislados que dispongan de mecanismos que eviten el traslado de particulas hacia los espacios 100%libres de humo...

cabe aclarar que a los 13 dias de entrar en vigencia el termino "deberán" cambia por podrán.

Ahora bien me parece que toda esta situación que narra (debo decir magnificamete) no es mas que una verdad incomoda disfrazada, honestamente y con la mayor objetividad posible, el mexicano promedio no sabe, ni le gusta y es incapaz de seguir un reglamento o bien una ley nada mas por la expresión coloquial de por sus pinches huevos, y no nada mas pasa con el tabaco, pasa con el abuso del alcohol como mencionaba, con las leyes y disposiciones viales, pasa con la convivencia misma en la sociedad y disculpeme pero el modus vivendi no coincide con las demandas. Señor, aqui usted me habla de segmentación y bueno lamentablemente detras de esa cortina de palabras lo unico que puedo ver es una intolerancia poco fundamentada. Hay quiza un término que se le olvido y se llama responsabilidad social, debemos empezar a poner un ejeplo.

Y despues me va a negar que todo esto surge por la presion de las tabacaleras no porfavor.

Si bien menciona que es una actividad conjunta, de recreación e incluso hasta de reflexión le invito a que prenda un cigarro y medite acerca de cuan justo es que personas sin vicios sin deberla ni temerla tengan que aspirar el humo de aquel cigarro. Porsupuesto por comodidad es mas sencillo optar por el egoismo y la subversion pero vamos que a estas alturas lo que menos importa es construir.

Lo invito a un autoanalisis, digame que tanto es capaz de dejar atras sus popios intereses por un beneficio en comun y despues me lo platica.

Con cariño una fumadora que aprueba la ley general para el control del Tabaco.